Home Ballina Eleonora Finkelstein

Eleonora Finkelstein

2758
0

Doce poemas / Twelve poems

Translated from Spanish into English by Rachel Cohn

 

Eleonora Finkelstein (Mar del Plata, Argentina, 1960) es poeta, editora y crítica. Ha publicado los libros de poesía Hamlet y otros poemas (1997), parcialmente traducido al inglés (Hamlet and other poems, Fairfield University, Estados Unidos, 1999), Las naves (2000), Delitos menores (2004 y 2016), Grandes inventos (Buenos Aires Poetry, 2017) y Todo se transforma (Valparaíso México, 2017). Además, es autora de artículos, prólogos y traducciones. Desde 1991 reside en Santiago de Chile, donde se desempeña como directora de RIL editores. Es co-fundadora y directora de Ærea. Revista Hispanoamericana de Poesía, y de sus colecciones de poesía y traducción.

Los poemas de esta muestra pertenecen al libro Delitos menores (Minor Crimes) que está siendo traducido al inglés por Rachel Cohn, dentro del programa de Literatura en Español de Kenyon College, donde se especializa en traducción literaria, cine y antropología.

 

Eleonora Finkelstein (Mar del Plata, Argentina, 1960) is a poet, editor, and critic. She has published the following books of poetry: Hamlet y otros poemas (1997), partly translated into English (Hamlet and other poems, Fairfield University, United States, 1999), Las naves (2000), Delitos menores (2004 and 2016) Grandes inventos (Buenos Aires Poetry, 2017) and Todo se transforma (Valparaíso México, 2017). She is also the author of articles, prologues, and translations. Since 1991 she has lived in Santiago de Chile, where she is the director of RIL editores. She is the co-founder and director of Ærea. Revista Hispanoamericana de Poesía, and its collections of poetry and translation.

The poems in this sample belong to the book Delitos menores (Minor Crimes) that is being translated into English by Rachel Cohn, within the Translation Program of Spanish Literature at Kenyon College where she specializes in literary translation as well as film studies and anthropology.

 

 

Todo el resto

 

 

 

I

 

Lejos de mí, de Alejandría.

Morirse balbuceando

algo de Justine.

Algo, acerca del amor y cosas

peores todavía.

 

Ay, aquellos tiempos

cuando trabajábamos

y trabajábamos como hormigas

desvelados en puras inutilidades.

 

Un poco más flaco y ya estás muerto,

le decía y enterraba

mi dedo en sus costillas.

Gramo más, gramo menos,

ahora ya estás muerto.

 

II

 

No sé. No estoy segura.

Podría saludar esos huesos felices

si pasaran volando

como pájaros prehistóricos

con ruido de articulaciones.

Podría incluso saludar a la bandera.

A cualquier bandera

mientras las cosas fueran lo que son.

 

Pero tampoco estoy segura.

Y ahora no sé dónde encontrarte

manchado de tierra persistente o rojo vivo.

Colgado de vos mismo en el esqueleto

de siempre y sin embargo nuevo

cada tanto, cada poco. Creo.

Pero no sé y me horroriza, me horroriza

como si hubiera muerto un niño.

 

Solo la ciudad es real.

Solo la literatura

y este ardor en la garganta

y mi manera de adorar el suelo

como si a esa altura existiera el paraíso.

 

Pero solo la ciudad es real.

A veces, la literatura.

 

III

 

Quizá recién ahora se trata

del último aliento,

del asma o de la marihuana,

de la transformación definitiva.

 

Existe y no está allí,

se puede tocar y en verdad no.

¿Lo vemos no lo vemos? No sé.

No estoy segura.

 

Solo la ciudad es real

y la suela del zapato.

Solo la literatura y el ardor

en la garganta.

 

Acaso podamos posar la mirada

sobre la superficie de las cosas.

Acaso hacer callar

el silencio que nos rodea.

Acaso perder la compostura y gritar,

incluso morir,

y el tipo que muere en este caso,

en serio,

ese sí que estaba loco.

 

 

 

 

 

All the Rest

 

 

 

I

 

Far from me, from Alexandria.

Dying mumbling

something about Justine.

Something closer to love and cruder

things still.

 

Ay, those times

when we worked

and worked like ants

exhausted in utter uselessness.

 

A little skinnier and you’ll be dead,

I’d tell him and bury

my finger in his ribs.

A gram more, a gram less,

now you’re dead.

 

II

 

I don’t know. I’m not sure.

I’d greet these happy bones

if they’d pass by flying

like birds before history

with the sound of sutures.

I’d even salute the flag.

Whichever flag

while things were what they are.

 

But I’m not sure either.

And now I don’t know where to find you

stained with persistent earth or vivid red.

Hung with you, you in the flesh

same as before and yet undoubtedly new

every second, every bit. I think.

But I don’t know, and it horrifies me, horrifies

me as if I’d slaughtered a child.

 

Only the city is real.

Only literature

and this lump in my throat

and my way of worshipping the soil

as if paradise existed here.

 

But only the city is real.

Literature sometimes.

 

III

 

Maybe only now it means

the latest puff,

asthma or marijuana,

final transformation.

 

Exist and not be there,

you can touch, but really no.

Do we us not seeing? I don’t know.

I’m not sure.

 

Only the city is real

and the shoe’s sole.

Only literature and the lump

in my throat.

 

Perhaps we could arrange the glance

on the surface of things.

Perhaps shut off

the silence that surrounds us.

Perhaps lose composure and howl,

even die,

and the one that dies in this case,

really,

this yes that was crazy.

 

 

Ofelia o el abandono

 

 

 

Ahora cerrará los ojos

cruzará las manos sobre el pecho

e imaginará que sostiene

un manojo de hierbas.

Es perfecta.

Tiene el pelo brillante

y los labios relucientes.

 

Si finalmente la hubieran llevado

los mendigos o los actores con ellos

estaría bailando y por supuesto

ya no sería virgen, ni siquiera rubia

y acaso ni danesa.

Pero el destino es la elección obligada.

 

Y ahí va demente de río en río:

morir / dormir / soñar

morir / dormir

soñar con la eternidad del cuerpo.

Pero el agua es fría y corre

y ella es más fría

y pálida

con venas azules y la sangre helada.

Sus piernas son blancas,

sus piernas son tan blancas.

Y las uñas de sus pies son iguales

a las uñas de sus pies a los diez años.

Ophelia or The abandonment

 

 

 

Now she’ll close her eyes

fold her hands across her chest

and imagine that she holds

a bundle of herbs.

It’s perfect.

Her shining hair

and glittering lips.

 

If in the end they’d carried her

the beggars and actors too

she’d be dancing, and of course

she wouldn’t be a virgin now, not blonde

or even Danish.

But destiny is a mandatory choice.

 

And here she goes insane of river in river

dying / sleeping / dreaming

dying / sleeping

dreaming with eternity of body.

But the water is cold and runs

and she is colder

and paler

with her blue veins and icy blood.

Her legs are white,

her legs are so white.

And her toenails are the same

toenails as when she was ten years old.

 

 

El sentido

 

 

 

Letreros y señales.

Casuchas como altares pequeños

donde se recuerdan pequeñas tragedias.

Supuestamente llegaremos a algún lado

si seguimos adelante.

 

Nunca me ha sentido tan feliz

viajando esta mujer y yo

por las carreteras.

No temo, a ella el miedo

se le cuela despacio por la nuca.

Va tan silenciosa, tan atenta

que a veces olvido que existe.

 

Ahora dice: para no estropear las cosas

enterraremos a esos perros que siempre

aparecen al costado de la ruta.

Lo haremos con bastante ceremonia,

nos vestiremos de negro,

diremos oraciones

y habrá flores de esas «ojos de perro».

 

Muy apropiado—pienso—. Lloraremos

lo que la razón permita.

Y si además comenzara a llover

yo lamería tus manos y todo

sería perfecto.

 

 

Direction

 

 

 

Signs and signals.

Shacks like small altars

that remember small tragedies.

Supposedly we’ll arrive on some side

if we carry on.

 

I’ve never felt so happy

traveling, this woman and me,

along the highways.

I don’t fear, for her fear

slips slowly down the nape of her neck.

She goes so silently, so carefully

that sometimes I forget she exists.

 

She says now: to not spoil things

we’ll bury the dogs that always

appear on the side of the road.

We’ll do it with enough ceremony,

we’ll dress in black,

we’ll say prayers,

and there’ll be flowers, those “dog eyes.”

 

Very appropriate—I think—. We’ll cry

as much as reason permits.

And, even more, if it starts to rain

I’ll graze your hands and everything

will be perfect.

 

 

El ángel

 

 

 

Se vestía de blanco (tenía

cierta fijación—más bien rústica—

por la metáfora).

«Todo ángel es terrible», decía

y cerraba el negocio.

 

Las mujeres entornaban los ojos

para entender mejor.

Pobres, un poco feas, frágiles

de las que se cambian el nombre

por Rosemary o Jacqueline,

y coleccionan muñecas.

 

Yo era una tipa fuerte

y andaba con él,

habría sido una puta perfecta

pero iba a la universidad.

Tampoco me pidan que sea un ángel.

 

El cuento es que volaba,

volaba porque ese verso

—«Todo ángel es terrible»—

es su retrato fiel.

 

El mensajero del Oriente,

de la aspirina y el bicarbonato,

pensaba yo, y volaba también

mientras en la vereda

todo sucedía con naturalidad:

«este soy yo y esto es lo que hago».

Canturreaba: «te ofrezco lo mejor de mí…».

 

¿Estaba suficientemente alerta?

¿Miraba cuando el ángel volteaba

los espejos para la degustación?

¿Entendía tanta mirada oblicua

si la cosa se ponía caliente de verdad?

Asuntos de un oficio terrible, me decía,

de la ira de Dios.

¿A qué temer? Después de todo, chica

no hay nada que te mate dos veces.

 

Debería contar esto alguna vez.

Pero contarlo mejor, contarlo bien.

Porque sé que es algo que nadie

buscaría recordar jamás.

Porque sé que todo ángel es terrible.

Y yo no soy un ángel.

 

 

The Angel

 

 

 

He dressed in white (and had a

certain fixation—rather rustic—

for metaphor).

“Every angel is terrible,” he said

and closed the case.

 

The women half-shut their eyes

in order to better understand.

Poor dears, a little unsightly, fragile

just like the ones who change their names

to Rosemary or Jacqueline

and collect dolls.

 

I was a strong one

and I went with him,

I’d have been a perfect whore

but I went to university.

They don’t ask me to be an angel either.

 

The story is that he flew,

He flew because that verse

—“Every angel is terrible”—

is his faithful portrait.

 

The messenger from the Orient,

from aspirin and bicarbonate,

so I thought, and I flew as well

while down on the sidewalk

everything happened naturally:

“This is me, and this is what I do.”

I hummed, “I offer you the best of me…”

 

Was I alert enough?

Was I watching when the angel switched

the mirrors just to see what’d happen?

Was I understanding such a slanted view

if things were really boiling?

Matters of a terrible trade, he told me,

of the wrath of God.

What’s to fear? After all, girl

nothing kills you twice.

 

I should’ve told this once.

But told it better, told it well.

Because I know that it’s something no one

would ever try to remember.

Because I know that every angel is terrible.

And I’m no angel.

 

 

Postales

 

 

 

Las calles huelen mal por estos rumbos,

los niños achinan sus ojos

por una condición sólida del viento,

y todas las puertas son extrañas

representaciones de otro lado.

 

Idéntica al polvo es tu mirada,

vuela, se esparce y penetra

en muros e intersticios,

rueda por el adoquinado y se suspende

en los senderos de luces fijas

que acuchillan el cielo de la ciudad.

 

Este sitio no te quiere bien,

te arroja sus orines a la cara.

Los mendigos reclaman tus monedas,

te llaman y ríen cuando aprenden

a decir tu nombre, te empujan

y te obligan a correr

en la cadencia espesa de los sueños,

correr lento, cada vez más lento,

lento hasta la fotografía.

 

 

Postcards

 

 

 

The streets smell sour in these parts,

children squint their eyes

against strong gusts of wind,

and all doors are strange

representations of the other side.

 

Identical to dust is your glance,

flying, it disperses and pierces

into walls and voids,

rolls past cobblestone and pauses

on the path of fixed lights

that knife the city’s sky.

 

This place doesn’t suit you well,

tosses its piss in your face.

The beggars claim your coins,

they call you and laugh as they learn

to call your name, push you

and force you to run

into that molassesed rhythm of dreams,

run slowly, every time slower,

slower until you reach the photograph.

 

 

Noción del tiempo

 

 

 

Otra vez sentada aquí

frente al milagro del futuro,

donde el paisaje es otro en un instante

y un segundo sol aceita el cielo.

 

Otra vez aquí,

recogiendo la memoria imaginaria:

yo habito en esta casa

(la única a la que he pertenecido).

 

Otra vez, en fin, aquí,

replegada en la cabeza.

Una manera de pasar el tiempo.

 

 

Notion of Time

 

 

 

Once again seated here

faced with the miracle of the future,

where landscape is other in a moment

and a second sun smooths the sky.

 

Once again here,

recovering imaginary memory:

I inhabit this house

(the only one to which I’ve ever belonged).

 

Once again, briefly, here,

folded, withdrawn into my mind.

A way to pass the time.

 

 

Colla

 

 

 

Más de una vez estuve sentada

sobre estas cajas de cartón

con los libros de siempre.

Ahora, sin embargo, tengo

otras cosas también aquí dentro.

Más o menos útiles. Quién sabe.

 

Estoy en el medio

(creo que en el centro mismo)

de una ciudad cordillerana.

Seguro que me equivoco.

 

Quiero un lugar donde dormir,

un lugar donde bañarme y comer.

Voy a salir con las manos en los bolsillos

para conseguirme algún alivio.

 

Pero se está bien sobre estas cajas.

Se está bien

(un lugar donde dormir,

donde bañarse y comer).

 

Mejor voy a esperar un poco.

Voy a bajar la cabeza y voy

a mirarme los pies.

Menos que nunca parecen mis pies,

tan sucios bajo este sol fanático.

 

Voy a esperar otro poco.

Ahora que soy de piedra y

tengo polvo entre los dientes,

estoy segura de que me veo bien

(demasiado vieja o demasiado joven)

sentada aquí,

sobre las cajas de siempre.

 

No quiero escapar ni quiero quedarme,

Si al menos pudiera mostrar / que se me viera

el estómago vacío / el cansancio

el estómago vacío / el sudor

el estómago vacío / la tierra ardiendo.

Esa es la vida, creo.

Si se prolonga

en cualquier momento me crecerá una pollera

y me pondré a vender estos limones.

 

 

Colla

 

 

 

More than once I was sitting

atop these cardboard boxes

with the same old books.

Now I have other things

in them too.

More or less useful. Who knows.

 

I’m in the middle

(I think in the center itself)

of a cordilleran city.

I’m sure I’m wrong.

 

I want a place to sleep,

a place to bathe myself and eat.

I’m going to leave with my hands in my pockets

in order to find myself some relief.

 

But it’s alright atop these boxes.

It’s alright

(a place to sleep,

to bathe myself and eat).

 

I’d better wait a bit.

I’ll lower my head and

watch my feet.

They almost never seem like my feet,

so filthy under this fanatical sun.

 

I’ll wait a bit longer.

Now that I’m made of stone and

have dust between my teeth,

I’m sure I look alright

(too old or too young)

sitting here,

atop these same old boxes.

 

I want neither to escape nor to stay here,

If at least I could show / that it could see me

the empty stomach / the fatigue

the empty stomach / the sweat

the empty stomach / the burning earth.

That’s life, I guess.

If it’s prolonged

at any moment a pollera will grow on me

and I’ll try my hand at selling these lemons.

 

 

La vida secreta

 

 

 

¿Ves las hormigas?:

corren en tus vértebras

y pasan de largo por tu cara.

Un legado misterioso lleva sal a tus pupilas

y pone en ese cuerpo escaleras mínimas.

En tanto, un auto corre lejos

y otros pasan cerca.

Te rodean casas, torres, edificios.

Ese cadáver te recuerda tanto a alguien,

pero quién conoce a la gente.

 

Sospechabas las respuestas, te aburrías

mientras la luna iba menguando tristemente:

flaca como súplica de perro.

Una sonrisa grotesca y fina

impresa en la cabeza de la noche.

Fue entonces cuando las monedas

se colaron por las alcantarillas

y desde la oscuridad inventaron

una sociedad de destellos.

¡Ah, la vida de los insectos!

 

 

The Secret Life

 

 

 

Do you see the ants?:

they run on your spinal cord

and pass by your face.

A mysterious legacy carries salt to your pupils

and plants miniature staircases on this corpse.

Meanwhile, an auto runs far away

and others pass nearby.

Houses, towers, structures surround you.

This carcass reminds you so much of someone,

but who knows people.

 

You suspected answers, you were weary

while the moon was sadly dwindling:

frail as a dog’s plea.

A thin and grotesque smile

stamped into the skull of the night.

It was then when the coins

slipped through the sewers

and from obscurity invented

a society of sparkles.

Ah, the life of insects!

 

 

El despierto

 

 

 

Soy el ángel que carga la desgracia de los sexos.

Soy la flecha que se clava en la garganta del insomne.

La noche se descubre y me pretende,

la luz es otra ya, destila una sangre helada

desde sus pequeñas heridas blancas.

 

Tengo una venda, una constelación en este brazo

y llevo el puñal de la luna a mis espaldas.

 

No sé si visitarte hoy:

el tiempo es como el agua que se vierte

y un camino cualquiera

puede conducir a cualquier lado.

Soy la sombra en la caverna,

el ángel que sabe, el de los ojos abiertos,

y conozco la puerta de tu casa.

 

 

Awakening

 

 

 

I’m the angel that carries the disgrace of the sexes.

I’m the arrow that nails itself into the throat of insomnia.

The night finds itself and claims me,

light becomes other already, distills an icy blood

from its small white wounds.

 

I have a sale, a constellation on this arm

and I carry the dagger of the moon behind my back.

 

I don’t know if I’ll visit you today:

time is like water that spills

and any path

can lead to any place.

I’m the shadow in the cavern,

the angel that knows, the one with open eyes,

and I know the door of your house.

 

 

Sin asunto

 

 

 

Hondo, en el vientre roto del ave

sus pequeñas vísceras, azuladas y tiernas.

Arriba, donde el peso me desploma,

la extraña escritura del cielo.

Vientres abiertos, cielos cerrados:

algo ha muerto.

Lo enterró mi padre con sus propias manos.

Habría deseado que resucite, pero no era Dios,

y cae en mi frente como un beso torpe

de pájaro que se entierra vivo, igual

aquí en la ventana, con el vientre roto,

estúpido y solo, condenado.

 

 

Without Question

 

 

 

Deep, inside the bird’s broken neck

its petite entrails, blue and tender.

Above, where the weight crumples me,

strange writing in the sky.

Open necks, closed skies:

something has died.

My father interred it with his own hands.

I wanted him to resurrect it,

but he wasn’t God,

and it fell in front of me like a dull kiss

of a bird buried alive, same as right

here in the window, with a broken neck,

inane and alone, sentenced.

 

 

Los viajes

 

 

I

 

Un día encontré una piedra.

Una hermosa piedra gris

y quise tenerla conmigo.

La cargué kilómetros

casi hasta la puerta de mi casa.

Y allí la abandoné.

 

II

 

Por qué te han abandonado,

tu madre, tu padre inmediatamente,

la esperanza—lo último que se pierde—

y todos los profetas y amigos de Dios.

Te abandonó la lógica primero que a ninguno

y los muertos contra su voluntad.

Hasta tu perro te abandonó:

dos veces.

 

III

 

Ahora hay que olvidar las casas

hasta dejarlas vacías, más lentas,

livianas y simples

que se parezcan a mí.

Desde aquí veo quiénes regresan

para de nuevo irse y volver

una y otra vez:

los inolvidables.

 

IV

 

Pájaros y más pájaros

caminando rápido por los despeñaderos.

Marcan la tierra con sus garras finas

levemente monstruosas.

Caminan hacia abajo los infelices

porque no vale la pena levantar el vuelo.

 

Crece tanto esta basura

que desaparece la ciudad allá en el fondo

en el abismo que se eleva

desde el negro exacto de los ojos.

 

Imaginemos en la ciudad una casa,

en la casa al hombre que dejamos

esperando junto a la puerta a la intemperie.

Una ropa vieja, la taza de café, el plato roto.

¿Quién nos dará entonces la bienvenida?

 

Si estas criaturas mugrientas continúan

aleteando alrededor como si nos conocieran

mostraremos la ruina que somos y nadie por lo menos

alzará los ojos para buscar nuestra sombra

avanzando por los muros

ni levantará las manos desde los techos para saludarnos.

 

Si consultamos otra vez al sol sobrenatural,

al cielo transparente sobre las piedras,

seguro nos dará la hora, los puntos cardinales, el equinoccio.

¿Pero quién nos dará la bienvenida?

 

Tanto habremos cambiado en este rato

que ya ni el perro de la casa (como a Ulises) nos reconoce.

 

V

 

No cualquier perro es la memoria:

un lugar lejos, la sangre viajando por el suelo.

Es como el amor, y el amor

es un viejo truco del miedo.

 

Aquel día encontré una piedra.

Esa hermosa piedra gris,

pero no la merecía.

Para entonces el perro se fue,

y vino y otra vez se fue,

y vino y se fue.

 

Ya no puedo recordar las veces.

 

Trips

 

I

 

One day I found a stone.

A beautiful grey stone

and I wanted to have it with me.

I carried it kilometers

almost to the door of my house.

And I left it there.

 

II

 

Why have they left you,

your mother, your father immediately,

hope—the last to be lost—

and all the prophets and friends of God.

Logic left you before anyone

and the dead against their wills.

Even your dog left you:

two times.

 

III

 

Now you must forget the houses

even leave them hollow, slower,

sheer and diaphanous

so they echo me.

From here I see who reappears

to again arrive and depart

time after time:

the unforgettable.

 

IV

 

Birds and more birds

walking rapidly toward the cliffs.

They score the earth with their thin claws

slightly monstrous.

The doleful ones walk downward

because it’s not worth it to lift off.

 

This trash grows so much

that the city disappears there in the background

in the abyss that hoists itself

from the pitch-black eclipse of the eyes.

 

We imagine a house in the city,

in the house a man that we leave

waiting by the door out in the open.

A ropa vieja, the cup of coffee, the shattered plate.

Then who will welcome us?

 

If these begrimed creatures keep

flapping around as if they knew us

we’ll show them the ruin we are and at least no one

will raise their eyes to look for our shadow

creeping along the walls,

will raise their hands from the roofs to wave at us.

 

If we refer to the supernatural sun again,

to the transparent heavens above the stones,

surely it will give us time, cardinal points, equinox.

But who will welcome us?

 

We’ll have changed so much during this time

that not even the dog of the house (like Ulysses) recognizes us.

 

V

 

Not just any dog is memory:

a far-away place, blood traveling through the soil.

It’s like love, and love

is an old trick of fear.

 

That day I found a stone.

That beautiful grey stone,

but I didn’t deserve it.

Around then the dog left,

and came and again left,

and came and left.

 

Now I can’t remember how many times.

 

Todo se transforma

 

 

 

La van a matar, están a punto de matarla.

Cavó su fosa con dificultad

(no tiene habilidad con las manos).

Ahora debe quitarse la ropa.

¿No te corta el aliento

ese gesto inútil, esa manera única

de desabrochar botones? Recuerda,

va a morir, van a matarla.

Tanto se desmenuza el barro debajo de la lluvia

que su tumba es un huequito apenas

algo que no merece atención, que apenas alcanza,

pero ella se deshace entera a fuerza

de gotear sobre las cosas.

¿Ves esas pequeñas montañas blandas?

¿No ves acaso cómo se desmoronan?

¿Ves esos gigantes, esas balas?

¿No ves acaso cómo se desmoronan?

En cien años su cuerpo, todo ese cuerpo

entero cabría en una taza de té.

Bebamos un poco, brindemos

porque algo se pierde en cada muerte.

Yo no sé qué.

 

 

Everything Changes

 

 

 

They’re going to kill her, they’re about to kill her.

She dug the pit with difficulty

(she couldn’t use her hands).

Now she needs to remove her clothes.

Doesn’t it make you short of breath

that useless gesture, that unique manner

of unbuttoning buttons? Remember,

she’s going to die, they’re going to kill her.

The mud disintegrates so much under the rain

that her tomb is barely a shell

something that doesn’t deserve attention, that’s almost enough

but she dissolves it entirely with the force

of dripping water over things.

Do you see these soft, small mountains?

Or perhaps how they wither away?

Do you see these giants, these bullets?

Or perhaps how they wither away?

In one-hundred years her body, this whole entire

body will fit in a cup of tea.

We’ll drink a little, give a toast

because something’s lost in every death.

I just don’t know what.

 

Books:

 

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here